martes, 18 de mayo de 2010

La caca


Antonia, mi hija, tiene todavía despierto el asombro por su caca. Todos los días se sienta en su mica y contorsiona su cuello como un buitre para mirar su nueva producción. Un día se sorprende por las bolitas que produce, otro, porque su producto es líquido o multiforme. Otro día, se extasía con el hecho de no haber producido nada digno de ser admirado, aun cuando en su planeación inicial pensase que iba a salir un tronco, un tabaco o un conjunto desordenado de perdigones cafés. ¿ En qué momento perdemos estos placeres de la vida ? ¿ Por qué de un día a otro nos volvemos planeadores y controladores de vidas tan aburridas ? Deberíamos volver a los tiempos en que el baño era una sorpresa para ver qué formas tenían las cacas o las nubes. Pero no....con el paso del tiempo nos volvemos predecibles. Queremos controlar todo lo que nos sucede. Pero algún día llega alguien y nos recuerda, que la vida, como la caca, siempre nos sorprende con versiones diferentes cada día.

3 comentarios:

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  2. Prometo de ahora en adelante mirar mis cacas como bien se lo merecen: con el asombro que antaño hacia virar mi cabeza todas y cada una de mis idas al baño! un saludo!

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